Las dos vidas de Carlos Parejo, exlíder de la Garra Samaria Norte
Uno de los fieles seguidores del Unión Magdalena contó cómo vivía la pasión del fútbol estando en la barra brava y cómo vive hoy un partido siendo cristiano.
Carlos Parejo tenía 13 años cuando ingresó a la Garra Samaria Norte, la barra brava del Unión Magdalena; el primer equipo de la Costa Caribe en salir campeón del fútbol colombiano en 1968. El fervor por la camiseta del Ciclón lo llevó a fundar el 'Bloque Inem', su 'parche de colegio'. Cuatro años después se convertiría en líder de la barra más fuerte de los bananeros.
Todo ocurrió entre 2004 y 2013. A través de él, Seguimiento.co accedió a las entrañas de la hinchada que era capaz de generarle momentos de silencio, miedo y admiración a todo aquel que los veía como una mancha azul y roja por alguna calle que los condujera hasta el estadio Eduardo Santos, donde el Unión ya no juega.
Los días de partido, la Garra va con bombos, papeles picados, trapos y pancartas con mensajes de aliento dedicados a los once hombres que corren detrás de un balón y un gol. Se acomodan donde siempre, en la tribuna norte, y los "90 minutos de vida", como dice Parejo, comienzan.
Durante la semana han hecho reuniones donde planificaron el modo en que se animará a los jugadores y se presionará al rival en la confrontación deportiva. Sin embargo, todo ese asunto se parece a un estado en el que la vida no está completamente satisfecha, y da la sensación de que algo falta, casi como estar muertos, pero con la esperanza permanente de resucitar durante el fin de semana en la cancha. El resultado no importa, gane o pierda el Unión, todos vuelven a vivir.
"Era una pasión loca. Un momento de adrenalina de drogas y alcohol. Un momento de violencia espontanea. De lágrimas y nervios, esperando la victoria, el empate o la derrota. Pero sobre todo, un partido donde al final solo importaba el amor por los colores", explica Carlos
La Garra Samaria Norte cuenta con 300 miembros entre hombres y mujeres aproximadamente. En otras ciudades, como Montería, Bogotá o Medellín también hay grupos que apoyan cuando el equipo juega de visitante.
Se tiene la idea de que algunos de sus integrantes venden drogas y roban por las calles. Y no es mentira. Pero no todos son así.
Hubo tiempos difíciles para la Garra. A causa de la violencia, los señalamientos de la policía y las drogas, una sección de la barra decidió tomar otro camino y fundar la 'Hinchada del Ciclón'. Un grupo más tranquilo, pero que tenía que defenderse de sus antiguos compañeros a punta de piedra porque eran considerados traidores.
Carlos Parejo ya no es líder de la Garra Samaria Norte. Dejó de serlo hace cuatro años y pudo comprobar la absurda relación existente entre la violencia y un partido de fútbol. Ahora no comprende el sentido detrás de una escena de personas que se atacan hasta morir por llevar camisetas de equipos ‘rivales’.
Sus planes cambiaron. La delincuencia y las ideologías extremas para liderar a manadas de hombres dispuestos a pegarse y matarse por el Unión Magdalena son cosas de ayer. Aunque lleva marcas que le recuerdan que su pasado es real.
Decidió retirarse de aquella época sin rumbo para recuperar a su esposa y sus hijos. Asiste a una iglesia cristiana evangélica y siempre que puede le manda un mensaje a alguno de sus compañeros, que todavía le respetan y le llaman líder por donde lo vean, para que reflexionen y sepan que siempre hay algo más que esa vida. Que es posible apoyar al equipo de otra manera, pues, a pesar de no continuar como miembro de la barra, Carlos sigue alentando al equipo de su corazón.
Parejo tiene ahora 27 años y también una nueva vida. Fundó una empresa de mensajería de nombre 'Tu Mensajero', con sede en Santa Marta, Barranquilla y Cartagena. Ahora su mensaje es otro: vive la vida amando y agradando a Dios.
Por SEBASTIÁN TRUJILLO